contadores web

La novela petrolera «Tierra del Fuego en días de viento ausente» de Eugenio Mimica barassi

La novela petrolera «Tierra del Fuego en días de viento ausente» de Eugenio Mimica barassi

Esta novela de Eugenio Mimica Barassi, publicada en el año 2004 por la Editorial Cuarto Propio, se ambienta en las fronteras recónditas del mundo austral. El autor rinde homenaje a Gumercindo Torres Vera, llamado indistintamente “Niñito” o “Compadre Tutra”, quien desapareció misteriosamente el 23 de febrero de 1985 en el poblado de Cerro Sombrero, comuna de Primavera. La narración construye diferentes escenarios que relatan la búsqueda de este pionero que desde 1929 había comenzado a trabajar en las primeras prospecciones de la Superintendencia de Salitres y Minas, del gobierno de Chile. Es en rigor la primera y hasta ahora única novela del petróleo chileno, un canto al despoblado y la precariedad de los mundos interiores, de esos intramuros isleños que viven a contramano de las metrópolis.

Escribió en su oportunidad el poeta Aristóteles España: “La obra, ambientada en esos confines misteriosos en el sur del mundo, es un canto a la soledad de esa isla que junto a Chiloé y Cuba son las más grandes de Sudamérica. La novela reconstruye un modo de vida del minero del petróleo. («Mientras se procede a la búsqueda va desarrollándose el devenir de la vida de aquel que se perdió», dicen los editores en la contraportada) Las soledades de Cullen, Manantiales, Clarencia, Percy, Posesión, lugares sin cementerios ni tumbas llenas de huesos sin sonido, como decía Neruda. La vida de estos primeros pobladores que hicieron historia como don Gumercindo es narrada con fuerza y gran asertividad en este libro donde es posible escuchar la nieve, la lluvia, lejanos incendios, mujeres que miran el atardecer junto a la ventana y de nuevo los helicópteros que buscan a este hombre, cuya desaparición fue noticia nacional hace dos décadas”.

Eugenio Mimica intercala en esta novela algunos personajes reales y muchos nacidos de su propia ficción. Se incluye como niño en la estepa fueguina de Springhill y recrea su propia niñez en acciones de otro infante; inventa prostitutas itinerantes que se adueñan del despoblado y sobrecogen por sus precariedades y miserias; reconstruye y describe con propia fantasía el terremoto blanco de 1995; recompone días de insensible devenir dictatorial; muestra a una poetisa como duende lanzando hojas con poemas que vuelan y se esparcen hacia la nada, y desarrolla, en medio del caos interior de los hechos y de los elementos climáticos, la búsqueda de aquel pionero del petróleo que desapareció y que no desea aparecer, hasta el momento en que él mismo lo decida, hasta que haya conciencia de lo burdo que fue dejarlo al margen de la lista de los pioneros que descubrieron una madrugada lejana el oro negro chileno. Y todo, absolutamente todo, en medio de coincidentes y curiosos días de calma, en días fantasmagóricos en que el viento austral no se hace presente.